Los 4 secretos del storytelling que no pueden faltar en tu próxima historia

Ya sea para vender un producto, para contar lo que nos pasó el fin de semana o para entretener a los más pequeños -y grandes- de la familia, las historias forman parte de nuestro ADN. Ya lo decía el gran escritor uruguayo Eduardo Galeano: “Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias”. El problema es que muchas veces no sabemos cómo contarlas. Por eso, en este artículo te voy a compartir los cuatro secretos del storytelling que no pueden faltar si querés que tu historia se expanda y llegue a personas que, tal vez, necesiten escucharla. 

  1. Convertir lo personal en universal (y viceversa)

Hay temas que, por lo general, son concebidos como grandes temas. Pensemos, por ejemplo, en la pobreza, el desempleo, el cambio climático, el impacto de la Inteligencia Artificial en los trabajos, entre tantos otros. Muchas veces, al referirnos a estos temas, solemos hablar en términos generales y a brindar cifras aisladas. Esto conduce a que la historia tenga un impacto inicial que luego se desvanece, más aún si no empleamos técnicas de interpelación efectivas como jugar con los tonos de la voz, incluir preguntas retóricas, entre otras. En cambio, cuando hablamos de esos grandes temas desde una situación que experimentamos en primera persona es muy probable que el público empatice mucho más con nuestra historia y reflexione en mayor profundidad.

  1. No lo digas, mostrarlo

La felicidad, la angustia, el asombro, son emociones que experimentamos todos los seres humanos y que se desencadenan a partir de determinadas situaciones. En lugar de decir cómo nos sentíamos ante determinada circunstancia, hagamos que el público lo deduzca y se ponga en nuestros zapatos. Por ejemplo, en lugar de decir: “Me sentía muy triste por haber perdido el colectivo para ir al cumpleaños de mi abuela” puedo decir: “Llegué a la terminal con los segundos contados y vi cómo el colectivo salía por el portón principal. En ese momento, hice señas de todo tipo y hasta incluso corrí unos metros con todo el equipaje destartalado, pero el colectivo siguió con su recorrido. Esa misma tarde era el cumpleaños de mi abuela y no iba a poder darle un abrazo. Me quedé en la esquina con su regalo en manos y me largué a llorar”.

  1. Narrar un momento de quiebre o inflexión

Hay acontecimientos que nos cambian como seres humanos y nos llevan a replantearnos sobre determinada creencia, comportamiento o estilo de vida. Estos momentos de quiebre o inflexión no siempre son generados por grandes episodios, sino simplemente por una frase que leímos en una pared mientras tomábamos un paseo por el parque, por una situación que experimentó una persona allegada o incluso por una reflexión que tuvimos en la fila del supermercado. No importa la magnitud del hecho, sino cómo nos transformó como seres humanos. Aprovechemos esos momentos de quiebre o inflexión para dotar a nuestra historia de asombro. Es muy probable que el aprendizaje significativo que obtuvimos, también lo sea para nuestros interlocutores. 

  1. Utilizá una frase que quede resonando en la audiencia

Puede ser en forma de pregunta retórica o un concepto que tenga fuerza y esté vinculado con la situación que experimentamos. Es muy importante que la audiencia no sólo escuche nuestra historia, sino también que se quede pensando en ella. Y vos, ¿ya implementaste estas 4 técnicas de storytelling en tus historias? Si lo hiciste, sabrás que aquí también estoy utilizando una de estas técnicas. 

Para finalizar, quiero compartirte un claro ejemplo de storytelling porque, para contar una buena historia, primero debemos identificar cuándo estamos frente a una. En este caso, un periodista español nos cuenta cómo cambió su vida a partir de determinada situación: ¿Lográs identificar cuál? ¿Qué emociones habrá experimentado? ¿Qué frase quedó resonando en tu cabeza? Sin dudas, esta es una de mis historias favoritas. Espero que la disfrutes:  

«Estamos corriendo por la vida, en vez de vivirla». Carl Honoré, escritor y periodista 

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